No le temo a la muerte. No, no le tengo miedo. Podría venir ahora mismo y arrancarme de tus brazos, porque sé que vendrás a por mí, sea entre la vida o la muerte.

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Desayunar tostadas e imaginar cómo sería llevártelas a la cama, yo los martes y tú los miércoles, y los jueves, y los viernes, y el resto de los días de nuestra vida conjunta. Querer repartir el peso de mi vida y de tu vida, meter las dos vidas en un bote y agitarlo rápido, y luego partir, partir la vida que sale a partes iguales. Un trozo para ti, y otro para mí, que tú tengas de mí, que yo tenga de ti.Y tocarte una vez más y unos besos y unos abrazos que no necesiten un permiso para pasar.Y vivir contigo, y vivir de ti, y vivir para ti y tú de mí y todo sea así de simple.. pero bonito.

Quiero besarte.
Pero no lo leas así, joder. Le quitas toda la emoción al verso. Lee entre lineas. Haz un esfuerzo. Ponte en situación. Imagina que estoy frente a ti. Que estoy cerca. A cuatro, a tres, a dos centímetros de ti. Que mis manos suben despacio, por tu espalda, por tu cuello... Que sólo estamos tu y yo. Que te atraigo hacia mí y pasamos a medir las distancias en milímetros. A estas alturas ya deberías sentir mi respiración, ya deberías escuchar cómo te lo digo al oído...
Quiero besarte.