Puede que se me olvide hacer los deberes,
programar el despertador,
la letra de las canciones, la tabla de multiplicar, dar las gracias o pedir las cosas por favor. Puede que
sea masoquismo el comerme el mundo a ostias. Sé que soy muy despistada y lo pierdo y lo olvido todo fácilmente y sin preocupación. Sin embargo,
hay algo que no pierdo ni se me olvida nunca,
algo que reaparece en mi mente nada más abrir los ojos cuando despierto y aquello
que se filtra por mis pestañas al cerrarlos cada noche.
Él
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